Sonó el despertador,
abrí un ojo después de otro, todavía era de noche, me asomé por la ventana y
pensé “debo estar soñando, pero si es casi mayo, está nevando, no puede ser…” sin
embargo era verdad. Eran las 7,30 cuando iniciamos la salida, unos desde
Castrillo, otros desde el alto de Milagros, otros desde Valencia (otro cantar)
camino de Aranjuez y con muchas ganas, era nuestra primera salida del año fuera
de nuestro ámbito territorial y llevábamos como compañera de viaje esa nieve
que no nos abandonó hasta Somosierra. A medida que nos íbamos acercando a
nuestro deseado destino tan solo unas nubes amenazadoras que descargaban unas
gotas justo a la entrada de las naves donde nos estaba esperando Paco.
Descargamos las motos, hicimos las primeras fotos y tomamos rumbo a la Plaza
donde ya estaban muchos de los participantes.
Lo primero que
hicimos nada más llegar es lo de siempre, reojear el amenazante cielo y
almorzar, es nuestra carta de presentación y la mejor forma de iniciar
conversaciones o retomar las que dejamos pendientes del año anterior. Dimos un
rápido vistazo al gran nivel y variedad de escúter, conservados, restaurados,
ni lo uno ni lo otro, los sides, el Vespacar de Miguel Angel y poco más pues ya
se hizo la hora de ir hacia el Palacio. Una breve parada, las fotos de rigor,
los típicos comentarios de "pero donde van estos" y a la carretera. Se
formaron dos grupos, el de antes y el de después del side (el que no era
nuestro) hasta Colmenar de Oreja, donde, con ayuda y dando alguna vuelta de más,
pudimos llegar a la
Iglesia. Que pueblo más interesante, con su plaza vestida de
taurina para la ocasión y el Santísimo Cristo del Humilladero presidiendo una
iglesia que atesora un imponente órgano moderno de muchísimo valor.
Tras unas cañas
reparadoras y un tiempo libre que nos permitió pasear y descubrir algo más del
pueblo, iniciamos el camino hacia el restaurante en Morata de Tajuña, con muy
buena pinta, con un nombre muy de nuestra zona, con un museo etnológico de gran
nivel, pero con una comida que no
estuvo a la altura de lo esperado. En la sobremesa se
procedió a la entrega de premios y reconocimientos varios, uno de ellos para
nuestro club.
Recibimos una placa
muy bonita con motivo del hermanamiento entre ambos clubes, que aceptamos de
buen grado y ante la que solo pudimos decir GRACIAS "vespeanderos",
bueno, la verdad es que hubo un poco más de rollo.
Una vez finalizado
el acto, emprendimos el viaje de regreso a Aranjuez con unas gotitas temerosas
que se quedaron en nada, cargamos las motos en los carros, curioseando alguno
se llevó un regalo inesperado, y regresamos a nuestras casas con la certeza de
que habíamos pasado un buen día.
Como "entre col
y col, caracol", aprovechamos diferentes momentos del día para recordar el
compromiso que supone el hermanamiento y ofrecer varias posibilidades para su
cumplimiento: la ruta ribereña-alcarreña que está en fase de preparación o
nuestra querida motoabuelada. Chicos-as del Club Vespeando, simpatizantes y
aficionados todos, os esperamos con los brazos abiertos.
PARA VER LAS FOTOS.
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